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Parece una alcantarilla normal, pero lo que hay debajo te dejará sin palabras. ¡Sorprendente!
La historia de las personas, y a veces de las cosas también, son muy distintas y, muchas veces, sorprendentes. La historia que vas a leer a continuación es una de esas que te dejan sin palabras y que te dan mucho a pensar. La próxima vez que pases cerca de una alcantarilla, no podrás resistirte a echar un vistazo dentro, por si encuentras algo similar a esta historia que tuvo lugar en Colombia.
Los protagonistas de nuestra historia se llaman Miguel Restrepo y María García. Son un matrimonio que ha tenido que pasar por pruebas muy duras. Seguramente, muchos otros matrimonios fallarían y se separarían al aparecer pruebas comparables. En las últimas décadas, ambos sufrieron adicción a distintas drogas. Después de algún tiempo perdieron todo y no tenían ni tan siquiera dónde ir a vivir los dos.
Ambos buscaron refugio o vacantes en centros de rehabilitación, pero resultó que no había lugar para ellos allí. Desolados y desalojados, tuvieron que emprender una lucha feroz contra su adicción y contra la situación en la que se hallaron. Encontraron un nuevo “hogar” y se mantuvieron juntos en la lucha, unidos, hombre y mujer, para salir de una dependencia en la que ambos sufrían.
No tenían ni dinero ni lugar adonde podían ir, por eso pensaron y aprovecharon aquellas opciones que tenían. Revisaron las diferentes alcantarillas que encontraron y habitaron una que era abandonada y era lo suficientemente grande para vivir. Una vez encontrada, aparecieron nuevos retos delante de ellos.
Durante más de 20 años viven en la alcantarilla. Aunque para muchos es solo un agujero en el suelo, ellos lo llaman “hogar” y admiten que son gente feliz. Y no solo han combatido la adicción, durante el tiempo que han pasado allí han logrado hacer muchos más cambios en su vida.
Oficialmente, el matrimonio están registrados como personas sin hogar y viven con miedo de que el gobierno algún día venga y les expulse, ya que oficialmente, aquel espacio es propiedad pública. Sin embargo, eso no les desanima para crear su “casa” a su antojo.
Han logrado instalar una estufa, un ventilador, una cama, ¡incluso una televisión y una figurita de Papá Noel! ¡En otras palabras, Miguel se ha ocupado de instalar electricidad e iluminación! Parece imposible, pero el matrimonio ha logrado sobrevivir una situación extremadamente dura. Por si fuera poco, también han mejorado el aspecto de la calle alrededor de la entrada con decoraciones.